El año que vivimos peligrosamente
Nada de tranquilidad y conformismo. Nada de aburguesamiento. Si quieres ser herculano has de hacer como el fotógrafo enviado especial encarnado por el jovencísimo Tom Cruise en aquella película de los 80 que se desarrollaba en la procelosa Indonesia de Suharto antes de la llegada del comunismo : vivir peligrosamente.
Y es que no queda otra. Con la defensa más goleada del campeonato. Con los enormes altibajos dentro de un mismo partido. Con la cantidad de luces y sombras que desprende nuestro equipo. ¿Qué nos espera? ¿El equipo débil y ramplón del primer tiempo en Coruña o el dominador y técnico del segundo?
Porque esto es muy fuerte. Podríamos estar ahora mismo con 37 puntos a dos puntos de la zona de promoción de ascenso, con tres partidos seguidos ganados, una enorme remontada en casa del líder y todas las expectativas del mundo y en cambio estamos los quintos por la cola a un puntito de la zona de descenso que marca el Alavés de Mandiá que para más inri nos visita hoy. ¿La culpa? Pues la que queráis. Se la podemos echar al trasero de Azcorra que evitó un gol cantado de Portillo, al mano a mano errado por De Lucas a la indecisión de Falcón al no salir de la línea de gol a interceptar el centro en el tercer gol….o al lucero del alba qué puñetas.
Es lo que hay herculanos. Lo bueno es que si hoy ganamos al Alavés volveremos a dar un saltito que nos alejará del abismo y volverá a acercarnos a la gloria. Y así sucesivamente. Por tanto no pienso volverme loco. El equipo es capaz. Eso lo tengo claro. El equipo lo tiene todo a ganar en el Rico Pérez. Quedan 14 partidos. 8 de los cuales, ojo, son en casa y 6 fuera. Hagan cuentas. 8 por 3 = 24 puntos. 24 +34 que llevamos = 58 puntos. Con ellos y rascando algo fuera estaríamos en promoción de ascenso seguro.
¿Que es difícil ganar en casa? Por supuesto. No ya por la dificultad de los rivales sino por el canguelo que se aprecia en algunos jugadores al querer jugar la pelota. ¿Presión? Quizás. Pero ya cada vez queda menos para poder enmendar errores. Por eso toca arremangarse y ganar. No hay equipos mejores técnicamente que el Hércules en esta Segunda de locos. Tampoco muchos peores. Así que la cosa es simple. Utilizar de verdad el factor campo. Hacerlo sentir sobre las espaldas de nuestros rivales. Nos conocen y querrán ponernos nerviosos. Pero este equipo es capaz. Lo demostró durante el segundo tiempo frente al Depor.
Que al terminar el partido el comentario sea: de aquí no se escapa ni un punto más. Jugando mal, regular, bien o muy bien. Ganar. Y dentro de unos años recordaremos esta temporada como el año que vivimos peligrosamente. Pero como Tom Cruise salimos adelante, pasándolas canutas eso sí. Es nuestro sino actual. Pero ya vendrán tiempos mejores. Seguro.
Al Alavés ni agua, herculanos. Todo está en nuestra mano. Y los nervios para ellos.
Macho el Hércules.
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