21 Abril 1974
Declaraciones del gran capitán Rivera y Ferrer Strenge, ex presidente herculano
Un mes después, el 26 de Mayo de 1974, el Hércules vencía en Pamplona 1-2 y ascendía a Primera División
Tres meses y medio después se inauguraba el Estadio Rico Pérez
Auto-convicción
Ojalá cuando leas esto estemos clasificados para la tercera
ronda de Copa tras haber eliminado al Cartagena.
Sería un bálsamo que aliviaría la derrota en La Nova Creu Alta y abriría la esperanza de volver a ver fútbol de
primerísimo nivel en un Rico Pérez ansioso
de hacerlo. Pero, en cualquier caso, lo que verdaderamente nos ha de
sacar de pobres y comenzar a difuminar todos los fantasmas más o menos
fundamentados y apocalípticos que planean sobre nuestro club es la liga y el
ascenso deseado.
Es preciso No sé cómo se hace pero hay que hacerlo. Meternos
en la cabeza los jugadores y los que aquí venimos quincena tras quincena la
mecánica de auto-convicción. Una
especie de chip que circule en el ambiente y que impulse a los jugadores y a
nosotros a la determinación absoluta que esto hay que ganarlo sí o sí. Ya venga un equipo técnicamente bueno y ambicioso
o peleón y reservón. Con ganas de hacer
el partido de su vida en este pedazo de estadio o asustado por el escenario. No
importa. La convicción absoluta debe poder con todo. Si nos marcan primero,
para remontar, si marcamos nosotros, para ampliar y si es posible machacar. Si
ellos se hacen con el control del centro del -campo deben ver un campo de minas
insuperable para acercarse a nuestra puerta. Cada disputa debe ser un acto de fe. Cada recuperación un
proyecto de peligro. Si tenemos nosotros el control cada jugador debe tener
varias opciones de pase. El equipo debe funcionar como un acordeón.
Este año el
Hércules debe ser temido. No sólo porque lo haga bonito, sino porque lo haga
dificultoso para el contrario. Haciéndolo así las probabilidades de puesto de promoción
serán totales y las de ser líderes, inmensas. Porque no creo que haya ningún
equipo en la categoría que sea capaz de superar a un Hércules con calidad y sin fisuras. Actuando así los buenos resultados se sucederán. Equipo y
entorno adquirirán un hábito de fortaleza y resistencia indomables. Seremos
realmente el coco de la categoría. Y cuando lleguen las jornadas decisivas de
promoción ese chip de auto-convicción actuará intimidando al otro aspirante e
incluso ayudando a que la suerte (siempre necesaria en estos partidos
decisivos) esté de nuestro lado.
Macho el Hércules