Hazlo. Sumérgete en el tiempo y emerge en aquellos años entre infancia y juventud donde la sangre hervía quizás con otro punto de ebullición más bajo y la vida era una sucesión acelerada de hallazgos y vibraciones.
Y vuelve a cualquiera de aquellos guateques donde viviste tantas sensaciones y descubriste disco a disco la música que marcó tu juventud y la de muchas generaciones.
Una música sencilla, quizás simple en ocasiones, pero creativa y sobre todo bella.
Canciones tiernas, evocadoras y descubridoras de ritmos que marcaron el futuro. Ritmos eternos.
Y si, por tu juventud, no has tenido ocasión de conocerlas, visita ese túnel del tiempo de tus abuelos, escucha y posiblemente comprenderás por qué siguen vigentes la mayoría de ellas.
Verás dónde empezó todo
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